UNA APASIONANTE INCURSIÓN EN LA NUEVA FÍSICA. El pensamiento científico, que busca desentrañar el cómo de los fenómenos, influir en ellos y domesticarlos en provecho de la humanidad, es de un valor incalculable. En vez de conformarse con explicaciones fáciles, indaga, prueba, cuestiona y verifica. El principio de todo conocimiento es el temor del Señor, el entendimiento de que la vida, la naturaleza, el universo son sagrados. Que atentar contra ellos, destruirlos, dañarlos, envenenarlos, degradarlos, es un pecado. Y que la paga del pecado es la muerte. Pero esos principios éticos que marcan límites morales a cualquier iniciativa, no nos pueden ni deben hacer desistir del mandato de someter a nuestro interés a la naturaleza, imponernos sobre virus y bacterias, ser mejores, más eficientes; incrementar la productividad, mejorar la calidad de vida. Lo nefasto es incurrir en experimentos que atenten contra la vida, como los que practicaban los médicos y científicos nazis con los prisioneros judíos; inventar armas biológicas y otros ensayos del mismo tipo que atentan contra la salud y la vida humanas. Ahí es cuando la ciencia se transforma en monstruosa, pierde su sentido y rumbo y se convierte en una amenaza. Sin valores morales y cristianos, terminamos justificando aberraciones “en nombre de la ciencia”: olvidamos que es el temor del Señor el principio de todo conocimiento. Pero es Dios mismo el que nos llama a cultivar el conocimiento, a desarrollar la inteligencia, a ahondar en el saber. Este brillante libro de Gary Zukav es una fiesta de la inteligencia y el conocimiento que nos introduce en los senderos de la nueva física:
http://www.scribd.com/doc/49351/Gary-Zukav-Danza-de-los-Maestros-del-Wu-Li
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